Si tú, como yo, has tenido alguna vez la necesidad de coger una maleta, echar unos cuantos trapos y salir para cualquier lugar a zambullirte en la aventura de lo que no te es cotidiano, sé que comprenderás el motivo de esta página. Hoy, además de maleta, preparo esta ventana para que os asoméis a mis vivencias.
Para reflejar cómo me siento, para contar lo que aprendo, para que al volver siempre pueda, con un click, volver a vivir los días de mis viajes...
Bienvenido a este nuevo proyecto... este album de fotos vivo, este diario de paisajes, olores y sabores que aún no conozco.

martes, 25 de octubre de 2016

Ya va para un año...



Ya va para un año que volví a casa, a Málaga, mi tierra natal, la que he valorado tras su añoranza y a la que he vuelto en el momento que me he sentido perdida, abatida y algo cansada. 
Las aventuras tienen eso, no todo es bueno ni malo. Aprender, crecer, vivir, también agota y simplemente hay que parar y recuperar el aliento... Eso me he propuesto al volver a casa.
Los primeros meses me sentía casi de invitada y como si mi lugar no estuviese aquí, no he dejado en Alemania solo un trabajo y un buen puñado de amigos, se me quedan ilusiones, como siempre en mi vida, proyectos e ideas a los que no les acompañan las circunstancias; un piso acogedor, que ha sido mi hogar y además compartido con el que ha sido mi pareja estos últimos años. Todo esto pesa mucho e hizo muy difícil tomar la decisión, pero hoy casi un año después no me arrepiento, era una necesidad estar mas cerca de mi familia, retomar el contacto con mis amigos de siempre, volver a replantear caminos y objetivos laborales, dar un respiro al corazón y sanar mis emociones.
Comencé la nueva rutina pegada a mama pato, como buena polluela que sigo siendo, en casa, al gimnasio, dejandome mimar y pasando uno de los baches emocionales mas gordos a mis 40, pero no hay nada como el caldito reponedor que guisa una madre, con ese ingrediente imprescindible del amor incondicional. (Gracias mamá por estar ahí).

Como no puedo estar sin hacer nada, empecé por hacer mi espacio vital mas mio, y sin casi ni pensarlo me embarque en dos meses de obra en mi piso. Las duras tareas a mi me resultan terapéuticas y, romper, deshacerse de cosas, restaurar, construir nuevamente, son un reflejo de la vida misma. En un momento en el que me he sentido perdida, esta reforma me ha hecho reforzar mi carácter, reencontarme conmigo misma y bueno, he mejorado mi piso sustancialmente.
 




 Como no se hacer solo una cosa, me propuse hacer un curso de quiromasajista, igualmente el objetivo era tener la mente ocupada con algo que siempre me ha gustado y han sido nueve meses de curso, ameno, divertido y relajante. Me queda sacarle un poco mas de partido, sin duda, podéis llamar para pedir cita.


 

Estar cerca de mis amigas, Silvia, Julia, Mónica, Lourdes, mi hermana Ester, también me hacia mucha falta; mira que siempre tengo la suerte de rodearme de buena gente, en Alemania no me han faltado amistades, pero ellas ya me conocen y ahora tenían la tarea de recargarme las baterías. (Gracias chicas por ser esos colores radiantes en la película de mi vida).




Una vez finalizada la obra y a poco de acabar el curso, empiezo una nueva aventura laboral, esta vez en el Hotel Meliá Costa del Sol, los primeros días fueron algo durillos, un nuevo comienzo, una gran plantilla que sentía muy ajena a mi, aunque esto tiene también sus ventajas, y nuevamente el desempeño de un trabajo de ayudante de cocina tras tanto esfuerzo invertido, pero aún así agradecida y sintiendome afortunada por la oportunidad brindada. (Gracias Alejandro, por tu confianza)
En poco tiempo y tras una temporada de verano de aupa, el sentimiento ya es muy diferente, ahora ya estoy dentro de esa familia hotelera, aunque sea de manera eventual, ya he formado parte de alguno de esos capítulos que se ruedan y emiten a diario entre las paredes del Hotel y bueno, también fuera de ellas...
Nuevamente veo como aparecen nuevos personajes y sin querer ya están ahí, protagonizando momentos...

 Y ahora que? pues tal vez sigo en el mismo punto de partida, sin rumbo fijo, con la diferencia que me siento renovada, que encuentro en mis ratos de deporte, la paz que necesito, que duermo tranquila y me siento en casa, que en vez de ver heridas en mi corazón, veo que se compone de pedacitos, con experiencias y relaciones que lo sellan, que  aunque puedo sentirme frustrada laboralmente, por no estar o cumplir ciertas espectativas, he dejado los trapos al sol, me he tumbado sobre la arena y he dejado que el terral derrita todo esos sentimientos negativos que pesan en mi cabeza y hoy simplemente estoy aquí...   
y la vida es bella!!!