Si tú, como yo, has tenido alguna vez la necesidad de coger una maleta, echar unos cuantos trapos y salir para cualquier lugar a zambullirte en la aventura de lo que no te es cotidiano, sé que comprenderás el motivo de esta página. Hoy, además de maleta, preparo esta ventana para que os asoméis a mis vivencias.
Para reflejar cómo me siento, para contar lo que aprendo, para que al volver siempre pueda, con un click, volver a vivir los días de mis viajes...
Bienvenido a este nuevo proyecto... este album de fotos vivo, este diario de paisajes, olores y sabores que aún no conozco.

sábado, 19 de agosto de 2017

APRENDIZAJE

Es cierto como la vida te pone una y otra vez la misma piedra para que tropieces, o simplemente pone el volumen del altavoz mas alto, sin otra intención que la de hacerte reaccionar, aprender o asimilar algo en concreto.
Pues si, a mi me ha puesto nuevamente un buen pedrusco y he caído de bruces y lo peor aún, que no lo vi venir y el impacto ha sido aún mayor.
No tengo intención de relatar en esta entrada lo ocurrido, más o menos, los cercanos ya sabéis a que me refiero y los que no, solo quedaros con lo que viene después, pues creo que puede ser aplicable a cualquier circunstancia.
Son muchos y variados los sentimientos que me llevan invadiendo estos meses atrás, decepción, preocuoación, rabia, pena, celos, me he sentido nuevamente perdida, desilusionada, resentida, y podría enumerar unos cuantos más, ha sido todo un proceso, pero creo, que el mayor de ellos ha sido el cansancio, cansada de estar una y otra vez en el mismo punto, volver al sufrimiento emocional, cansada de perder la tranquilidad, esa que empezaba a saborear no hacía tanto, cansada de que cada relación en la que me embarco me provoque tanto desgaste y desorientación. Tanto es ,que esta vez he querido poner remedio, parar y escuchar con atención eso que tan fuerte oigo, observar y analizar  la grandiosa piedra, para dejar de tropezar y de una vez escalarla. 
No lo he conseguido aún, pero me he puesto a ello, con ayuda, como siempre, porque no soy autodidacta, y además soy de las que necesita apoyo y consejo para todo aquello que hago, así que para ésto también.
No se trata de otra cosa que de conocerme más a  mi misma, de conectar y afinar la mente con las emociones, de equilibrar ambas, de aceptar quién soy, cómo soy y cuáles son realmente mis inquietudes y necesidades; Me he dado cuenta de que una y otra vez estoy más pendiente de las necesidades y exigencias del otro que de las mías propias, que hago mio los problemas de la otra persona, que tengo una gran tendencia a adaptarme por agradar, para que la otra persona esté cómoda, y a veces, abuso de ese rol de salvadora o madraza que llevo dentro y que realmente no me lleva a buen puerto.
Estas son algunas de las cosas de las que hoy soy más consciente y desde luego en las que me he propuesto trabajar, en definitiva dar un paso más...
Creo que tengo la necesidad de escribir esta pequeña entrada para poner el cierre a una etapa, pero a la vez, para ser el punto de partida a todo lo que me queda por vivir y no veo mejor comienzo que integrar de verdad todo lo vivido, desde el amor, aceptándolo tal como fue, con lo bueno y lo malo. Me ha costado mucho entender que las cosas han sido realmente como tenían que ser, que lo bueno no era en realidad tan bueno, ni lo malo es tan malo y llegado a este punto quiero desterrar todos aquellos sentimientos negativos que me han invadido ultimamente, quiero perdonar de corazón, a la primera a mi misma, no quiero seguir enfadada, ni sentir rabia por lo que no pudo ser y creí que sería, no quiero caer nuevamente en el victimismo, ni en estar resentida, porque estar ahí me mantiene enganchada a esa historia y por el contrario elijo liberarme de todo ésto y mirar con otra perspectiva mi vida, en todos los aspectos, pues no solo me pasa en el plano personal, estoy llegando a ver que en lo laboral me siento igual.
Empiezo por ver cimientos dónde ayer solo veía escombros;  por aceptar todas aquellas virtudes y defectos que tengo, que realmente me hacen única;  por retirarme para darme ese espacio que necesito para reflexionar sobre quien soy y hacia donde quiero ir;  dejar de compararme y creer en fórmulas de la felicidad que aparentemente o socialmente son las establecidas y por el contrario reformular mis metas y proponerme seguirlas con motivación y alegría; Cuidarme, mimarme,  por dentro y por fuera; rodearme de esas personas que están en la misma sintonía que yo y dejar de esforzarme en cambiar a esas otras que no lo están; buscar momentos de conexión con la naturaleza, porque con ellos recargo las baterías y tener siempre presente los valores en los que me educaron. 
Creo que es un buen plan de acción y lo mejor de ello es que empiezo a ver resultados casi de manera inmediata, en realidad me siento una persona muy afortunada, ver y entender ésto, es en gran medida el secreto de una vida plena. Aceptación, y mucho amor para afrontarla creo que son clave. Saber que no existen las casualidades, que todo pasa por algo, que cada persona que aparece en nuestras vidas tiene un papel concreto y son los ingredientes necesarios para el plato principal que a fuego lento vamos guisando.
Solo puedo dedicar esta entrada a Juan Miguel Moreno Pérez, por haber sido ese ingrediente clave, esa punta de la piedra que me ha hecho reaccionar. Se la dedico con cariño sincero, con el mismo que voy a recordar los bonitos momentos que nos regalamos, los malos, como ya he dicho los integro y son ya  parte de esos buenos cimientos donde en un futuro edificaré sólidamente.