
Para la primera vez, estaba mucho mas mentalizada, tras una serie de visitas a mi médico internista, del cual me enamoré a primera vista, sabía exactamente en que consistía la operación y el tiempo que necesitaría para la recuperación, así que todo salió según lo previsto.
No estaba nada hecha a los protocolos hospitalários y mucho menos a los que a crujía se refieren y si a esto le sumamos que realmente aún mi alemán no es muy bueno, os podéis hacer una idea de los nervios que me acompañaban en estos momentos.
En este primer ingreso me acompañó mi Cristiano Hombre de Cerveza, al pobre le tocó ser interprete y familiar mas cercano, desde luego tengo mucho que agradecerle, ha sido mas que un amigo en estos días.
Tras la encuesta previa a la anestesia general y a las pequeñas pruebas antes de la operación, hice el ingreso en la habitación y la presentación formal a mis nuevas compañeras de cama y a las enfermeras del turno, yya os digo, por un momento parecía mas que embarcaba en un crucero, que realmente ingresaba en un hospital, o tal vez fue mi imaginación la que me llevó a pensar en eso, la cuestión es, que me sentí acogida desde el primer momento, lo cual, se enfrentaba a todo lo traumático que me resultaban los hospitales...será la madurez, pensé yo...
Llegó el momento de bajar al quirófano, vinieron las enfermeras con el atuendo específico para la ocasión, me vistieron como a una muñeca con su canesú, vestidito blanco y azul, cucos calados y pañal y unas medias blancas...que cosa mas cuca!!


En la sala de recuperación antes de subir nuevamente a planta, me sentí realmente sola, no pude contener las lágrimas y como no, mi recuerdo no fue hacia otra persona que para mi madre...ayns!! esos momentos en los que una se siente tan pequeña y vulnerable, ves a tu madre como un gran salvavidas en mitad del océano y sólo pensaba en lo mucho que la quiero y la echo de menos.

Esta sensación se va pasando y además van viniendo a cada rato a ver como evolucionas y te aclaran mas o menos todo lo que estás experimentando y ya deja de ser extraño y lo vas asimilando.



a las 12:30 a muy tardar ya tenemos el almuerzo, un menú que previamente has elegido de entre un par; un café o te de merienda a eso de las 14:00 horas y la cena la tienes servida la las 17:00, cuanto correr para que luego la tarde noche se haga eterna, pero bueno estos son los horarios germanos... siempre he tenido la visitilla de Christian a ultima hora que conseguia transformar la habitación en un salón de casa y la peli con tapas no ha faltado casi ninguna de las noches.

Como experiencia ya ha sido suficiente y la ITV del 2014 ha sido intensa, así que espero no tener que volver a reservar habitación en una larga temporada, gracias nuevamente a todos los que habéis estado pendiente cerca o lejos, a mis compañeras de habitación que se han solidarizado con mi falta de soltura en el lenguaje y me hicieron la estancia mas sencilla y a todos a los profesionales sanitarios, desde luego es una labor a agradecer.