
Las aventuras tienen eso, no todo es bueno ni malo. Aprender, crecer, vivir, también agota y simplemente hay que parar y recuperar el aliento... Eso me he propuesto al volver a casa.
Los primeros meses me sentía casi de invitada y como si mi lugar no estuviese aquí, no he dejado en Alemania solo un trabajo y un buen puñado de amigos, se me quedan ilusiones, como siempre en mi vida, proyectos e ideas a los que no les acompañan las circunstancias; un piso acogedor, que ha sido mi hogar y además compartido con el que ha sido mi pareja estos últimos años. Todo esto pesa mucho e hizo muy difícil tomar la decisión, pero hoy casi un año después no me arrepiento, era una necesidad estar mas cerca de mi familia, retomar el contacto con mis amigos de siempre, volver a replantear caminos y objetivos laborales, dar un respiro al corazón y sanar mis emociones.





Como no se hacer solo una cosa, me propuse hacer un curso de quiromasajista, igualmente el objetivo era tener la mente ocupada con algo que siempre me ha gustado y han sido nueve meses de curso, ameno, divertido y relajante. Me queda sacarle un poco mas de partido, sin duda, podéis llamar para pedir cita.


Estar cerca de mis amigas, Silvia, Julia, Mónica, Lourdes, mi hermana Ester, también me hacia mucha falta; mira que siempre tengo la suerte de rodearme de buena gente, en Alemania no me han faltado amistades, pero ellas ya me conocen y ahora tenían la tarea de recargarme las baterías. (Gracias chicas por ser esos colores radiantes en la película de mi vida).
Una vez finalizada la obra y a poco de acabar el curso, empiezo una nueva aventura laboral, esta vez en el Hotel Meliá Costa del Sol, los primeros días fueron algo durillos, un nuevo comienzo, una gran plantilla que sentía muy ajena a mi, aunque esto tiene también sus ventajas, y nuevamente el desempeño de un trabajo de ayudante de cocina tras tanto esfuerzo invertido, pero aún así agradecida y sintiendome afortunada por la oportunidad brindada. (Gracias Alejandro, por tu confianza)
En poco tiempo y tras una temporada de verano de aupa, el sentimiento ya es muy diferente, ahora ya estoy dentro de esa familia hotelera, aunque sea de manera eventual, ya he formado parte de alguno de esos capítulos que se ruedan y emiten a diario entre las paredes del Hotel y bueno, también fuera de ellas...
Nuevamente veo como aparecen nuevos personajes y sin querer ya están ahí, protagonizando momentos...

y la vida es bella!!!