Si tú, como yo, has tenido alguna vez la necesidad de coger una maleta, echar unos cuantos trapos y salir para cualquier lugar a zambullirte en la aventura de lo que no te es cotidiano, sé que comprenderás el motivo de esta página. Hoy, además de maleta, preparo esta ventana para que os asoméis a mis vivencias.
Para reflejar cómo me siento, para contar lo que aprendo, para que al volver siempre pueda, con un click, volver a vivir los días de mis viajes...
Bienvenido a este nuevo proyecto... este album de fotos vivo, este diario de paisajes, olores y sabores que aún no conozco.

martes, 4 de noviembre de 2014

COMO PEZ EN EL AGUA

Seguro que habéis observado mil veces como se mueve un pez en el agua, con que sencillez y elegancia lo hace...
Yo he querido experimentar, sentirme pez bajo el agua  y ver un documental de esos que siempre me han embobado, esta vez en directo.
La experiencia no ha tenido desperdicio, pues además de necesitar desconectar por unos días, he alcanzado unos de los objetivos de mi lista de cosas por hacer alguna vez.
Tras una semana algo liada, de tejes y manejes, firmas de contrato, finiquitos y hasta alguna mentirijilla que tuve que echar, pude poner rumbo a Cabo de Palos, Murcia
Eran muchas las emociones que empaqueté en mi maleta de no mas de 10kg, sigo volando con Rynair, supongo que me ilusionaba enormemente correr esta aventura marina y una vez mas, vencer el miedo que da verte en un medio para el que el ser humano no está preparado, pero que con ingenio lo vence y lo mejor de todo, lo hace casi suyo y se permite el lujo de disfrutarlo. 

He tenido una suerte enorme, he disfrutado de un clima excepcional para ser noviembre y he realizado el bautismo y el curso de iniciación con instructor particular, Ángel Manso, en el centro de Buceo El Naranjito. No sé si el mejor centro de buceo de Cabo de  Palos, pues no conozco otros, pero a poco son excepcionales, sin faltar en ningún momento a la profesionalidad y la rigurosidad que la actividad requiere, dan un trato familiar y acogedor como en pocos sitios. Agradecida y satisfecha les dedico esta entrada a los integrantes del centro y en particular a mi profe, que ha tenido ardua tarea y mucha paciencia conmigo. Gracias Ángel por hacerme tanto reír, hasta bajo el agua.
La primera experiencia fue el bautismo, es la primera toma de contacto con todo, con el traje, aletas, gafas, botella, regulador (tubitos como yo los llamaba), y su correcto manejo y montaje. Realmente en este momento no tienes que saber mucho, pues en esta primera inmersión el instructor hace todo por ti y solo tienes que familiarizarte un poco con el respirador y dejar que los nervios no te aparten de lo que va a ser una experiencia decisoria para seguir aprendiendo.
Las inmersiones que he realizado a lo largo del curso han sido en Cala Correos, frente al faro de cabo de Palos. La temperatura fue durante toda la semana genial y la visibilidad dentro del agua muy buena.
Aunque sinceramente, durante el curso yo no paraba a pensar en nada de esto, solo intentaba poner en práctica toda la información teórica que estaba recibiendo y claro está, no liarla parda. Aún así hay instantes en los que pude dejarme invadir por el  silencio y disfrutar del espectáculo submarino.
Sé que no he sido muy mala alumna, aunque vayan contando por ahí otras cosas, sé que no tengo un estilo de buceadora elegante, mas bien soy una croquetilla dando vueltas y a la que habría que atarle las manos para que dejara de aletear, pero es que no es fácil!! lo parece y lo será cuando ya tenga la práctica suficiente, pero por ahora me es imposible dejar de moverme.
Las clases y los ejercicios fueron bastante bien y sin problemas, salvando que la comunicación bajo el agua no ha sido mi fuerte y que encontrar el manómetro para ver la cantidad de aire, en alguna ocasión, fue motivo de risas para mi monitor. Tras un examen tipo test y habiendo realizado las inmersiones de entrenamiento, ya puedo decir que tengo mi curso PADI Open Water Diver o buceador 1*, pero aquí no queda la cosa... llega el día de mi primera inmersión en la reserva, con mas gente y aunque pegadita a mi instructor, nerviosa era poco, como me encontraba en ese momento. No quería que me invadiesen los nervios, que no controlase la flotabilidad y, o me fuese al fondo, o me comportase como un globo de feria escapado de las manos de un niño, por lo cual, mi concentración era casi máxima en estos quehaceres y solo pude disfrutar pequeños instantes del color del mar, del espectáculo marino que dan los peces, de la cantidad de especies que hay.
Respiré tanto aire que mi inmersión duró solo 34 minutejos, tanto desgaste nervioso bajo el mar, hace que consumas aire muy deprisa y yo como buena principianta, así de rápido lo consumí.
Pero ya subida en el barco, esperando al resto de compañeros, sentí por un instante que esta experiencia ha sido de las mejores que he tenido en la vida y que siempre que necesite calmarme he de recordar la sensación que da estar bajo el mar y ser parte de semejante escenario.
Como colofón a esta experiencia el Domingo pude compartir mi última inmersión en Cabo de Palos, en la reserva, esta vez de la mano de la persona que ha hecho realidad esta aventura en este momento, mi amigo Moisés Chanfreut. Gracias de todo corazón y no cambies nunca, eres de verdad increíble.
Esta inmersión si que marca un antes y un después, pude controlar algo mas mis nervios y disfruté de verdad del baile al unísono de las Bogas cuando se sienten en peligro, los majestuosos Meros, las Morenas, Lechas o simplemente el color y la luz atenuada en el agua resaltando la bella orografía del enclave en si.
Tal vez no he llegado a sentirme como pez en el agua, pero si he dejado que mi mente se impresione con la  mezcla de sensaciones que proporciona estar bajo el mar.






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