Es cierto como la vida te pone una y
otra vez la misma piedra para que tropieces, o simplemente pone el
volumen del altavoz mas alto, sin otra intención que la de hacerte
reaccionar, aprender o asimilar algo en concreto.

No
tengo intención de relatar en esta entrada lo ocurrido, más o menos,
los cercanos ya sabéis a que me refiero y los que no, solo quedaros con
lo que viene después, pues creo que puede ser aplicable a cualquier
circunstancia.
Son muchos y variados
los sentimientos que me llevan invadiendo estos meses atrás, decepción,
preocuoación, rabia, pena, celos, me he sentido nuevamente perdida,
desilusionada, resentida, y podría enumerar unos cuantos más, ha sido
todo un proceso, pero creo, que el mayor de ellos ha sido el cansancio,
cansada de estar una y otra vez en el mismo punto, volver al sufrimiento
emocional, cansada de perder la tranquilidad, esa que empezaba a saborear no hacía tanto, cansada de que cada relación en la que me embarco me provoque tanto desgaste y desorientación.
Tanto es ,que esta vez he querido poner remedio, parar y escuchar con
atención eso que tan fuerte oigo, observar y analizar la grandiosa
piedra, para dejar de tropezar y de una vez escalarla.
No lo he conseguido aún, pero me he puesto a ello, con ayuda, como siempre, porque no soy autodidacta, y además soy de las que necesita apoyo y consejo para todo aquello que hago, así que para ésto también.
No
se trata de otra cosa que de conocerme más a mi misma, de conectar y
afinar la mente con las emociones, de equilibrar ambas, de aceptar quién
soy, cómo soy y cuáles son realmente mis inquietudes y necesidades; Me
he dado cuenta de que una y otra vez estoy más pendiente
de las necesidades y exigencias del otro que de las mías propias, que
hago mio los problemas de la otra persona, que tengo una gran tendencia a
adaptarme por agradar, para que la otra persona esté cómoda, y a veces,
abuso de ese rol de salvadora o madraza que llevo dentro y que
realmente no me lleva a buen puerto.
Estas son algunas de las cosas de las que hoy soy más consciente y desde luego en las que me he propuesto trabajar, en definitiva dar un paso más...
Creo
que tengo la necesidad de escribir esta pequeña entrada para poner el
cierre a una etapa, pero a la vez, para ser el punto de partida a todo
lo que me queda por vivir y no veo mejor comienzo que integrar de verdad
todo lo vivido, desde el amor, aceptándolo tal como fue, con lo bueno y
lo malo. Me ha costado mucho entender que las cosas han sido realmente
como tenían que ser, que lo bueno no era en realidad tan bueno, ni lo
malo es tan malo y llegado a este punto quiero desterrar todos aquellos
sentimientos negativos que me han invadido ultimamente,
quiero perdonar de corazón, a la primera a mi misma, no quiero seguir
enfadada, ni sentir rabia por lo que no pudo ser y creí que sería, no
quiero caer nuevamente en el victimismo,
ni en estar resentida, porque estar ahí me mantiene enganchada a esa
historia y por el contrario elijo liberarme de todo ésto y mirar con
otra perspectiva mi vida, en todos los aspectos, pues no solo me pasa en
el plano personal, estoy llegando a ver que en lo laboral me siento
igual.
Empiezo por ver cimientos
dónde ayer solo veía escombros; por aceptar todas aquellas virtudes y
defectos que tengo, que realmente me hacen única; por retirarme para
darme ese espacio que necesito para reflexionar sobre quien soy y hacia
donde quiero ir; dejar de compararme y creer en fórmulas de la
felicidad que aparentemente o socialmente son las establecidas y por el
contrario reformular
mis metas y proponerme seguirlas con motivación y alegría; Cuidarme,
mimarme, por dentro y por fuera; rodearme de esas personas que están en
la misma sintonía que yo y dejar de esforzarme en cambiar a esas otras
que no lo están; buscar momentos de conexión con la naturaleza, porque con ellos recargo las baterías y tener siempre presente los valores en los que me educaron.
Creo
que es un buen plan de acción y lo mejor de ello es que empiezo a ver
resultados casi de manera inmediata, en realidad me siento una persona
muy afortunada, ver y entender ésto, es en gran medida el secreto de una
vida plena. Aceptación, y mucho amor para afrontarla creo que son
clave. Saber que no existen las casualidades, que todo pasa por algo,
que cada persona que aparece en nuestras vidas tiene un papel concreto y
son los ingredientes necesarios para el plato principal que a fuego
lento vamos guisando.
Solo puedo dedicar esta entrada a Juan Miguel Moreno Pérez,
por haber sido ese ingrediente clave, esa punta de la piedra que me ha
hecho reaccionar. Se la dedico con cariño sincero, con el mismo que voy a
recordar los bonitos momentos que nos regalamos, los malos, como ya he
dicho los integro y son ya parte de esos buenos cimientos donde en un
futuro edificaré sólidamente.
Admirable reflexión Irene, y admirable tu capacidad para renacer. Cada amanecer nos da la oportunidad de ser lo que deseemos, pero para ello debemos saber dónde estamos, y para eso debemos saber cómo hemos llegado. El conocimiento nos hace libres. Mucho ánimo!!!!!! Te quiero amiga.
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