


Después de una semana por estas tierras holandesas, casi no he visto nada, ya lo sé, !tiene delito!
pero he estado inmersa introduciendo curriculums para encontrar trabajo, por cierto, por ahora sin éxito y es que mi inglés es de pena, pero ese es otro cantar.
Hoy os voy a contar mi día de ayer; comencé con mucha energía, me fui a correr por los alrededores de mi apartamento, es todo un lujo, porque todo es llano, tranquilo, con zonas de jardín, canales y patos, así que una media horita corriendo para empezar bien.
Después de esto me fui con mi compi Chiqui a Voldenpark, un parque inmenso que hay en Amsterdam. Un precioso paseo y alucinando con el ambiente de gente que había en el parque, desde luego aquí se aprovecha bien un día de sol.
Inicié mi pequeño reportaje de bicicletas curiosas, que ya compartiré con todos un poco mas adelante, nos paramos en una terracita sobre las 13h, hora de comer, "lunch", nosotros aún con nuestro horario español, solo nos tomamos una cervecita, que nos supo a gloria, todo sea dicho.
Mas tarde, después del largo paseo y ver escaparates curiosos por las magestruales calles de Amsterdam, paramos en Museumplein, una comidita ligera, en uno de los tantos puestecillos de comida rápida, que por cierto, hacen el agosto, un bocadillito no menos de 4,5 €, eso sí, todo muy cuidado y cargado de encanto y hay que hacer registro de todo esto, así que, no todos los días, pero hoy tocaba ir en plan turista...
ahora viene lo mejor...super siesta tirados en el cesped de la explanada de museumplein, esto es vida, se respira tranquilidad y felicidad, yo creo que ese es el olor y color de un día feliz, simplemente feliz, por un rato se olvidan las preocupaciones y comecocos y simplemente estás, sientes y vives...