Para aquellos que dicen que no son de deseos y no los piden. Porque seguro albergan mas de uno en el corazón y en mas de una ocasión su subconsciente lo formulará por ellos y si no lo hace, hoy lo haré yo por ellos...
Hoy es la Noche de San Juan, festividad de origen pagano, en la que se suelen encender hogueras o fuegos, ligada con las celebraciones en las que se festejaba la llegada del solsticio de verano, el 21 de junio en el hemisferio norte cuyo rito
principal consiste en encender una hoguera. La finalidad de este rito
era "dar más fuerza al sol", que a partir de esos días iba haciéndose
más "débil", porque los días se van haciendo más cortos hasta el solsticio de
invierno. Simbólicamente el fuego también tiene una función
"purificadora" en las personas que lo contemplaban.
Para mi esta "Noche" siempre ha sido algo especial, recuerdo de niña como semanas antes de que llegará, en el bloque donde vivía en Málaga, nos reuníamos todos los niños con algunas de las mamis (las encargadas de hacer de esta noche un momento cargado de ilusión y casi mágico), para preparar los famosos "Juas", muñecos de trapo a tamaño natural, que luego quemaríamos en nuestra hoguera.
De este recuerdo infantil, paso a las noches de San Juan de mi adolescencia, en la que otra clase de inquietud llenaba los días previos. Era la gran noche de moraga en la playa, con toda la pandilla, con todos los cachivaches para pasar una noche entre amigos, en la que no faltaría de nada y mucho menos risas y momentos buenos.

Supongo que a aquellos que dirijo hoy mi entrada, tal ritual ha de parecerles una tremenda chorrada, y puede que lo sea, pero, esos momentos en los que uno cierra los ojos, formula un deseo y cree ciegamente que hay posibilidades de que se cumpla, por el simple hecho de desearlo, de creer en la magia o de no dejar espacio en ese instante a la mente, para que solo el corazón cargue de ilusión ese instante, para mi esto, ya merece la pena.


Primero hemos formulado nuestros deseos por escrito, luego he recreado simbólicamente una playa, con algo de arena, conchas y piedras que tengo.
Para dar ambiente, abrí una latita de sardinas y unas aceitunas de Málaga y a las 00:00 prendí fuego a nuestros deseos.
Lo único que no he conseguido es llevarlas al río a darnos un baño, aquí no andan ni los gatos por la calle y lo de las temperaturas estivales llegan con retraso a este pueblo.
Pues bien, después de todo esto me siento feliz, si, realmente no ha cambiado nada de esta mañana a este instante, solo el hecho de que ahora me invade nuevamente esa dulce sensación, la que me hace creer que por haber deseado de corazón tanto mis deseos, como aquellos que he pedido para otros, que creer en la magia o en el destino y dejar que la ilusión hoy acune mis sueños, lo que hace que me sienta en paz.
Con esta dulce calma me voy a la cama, hoy comencé a soñar antes de cerrar los ojos y en este sueño todos hallaís vuestros deseos...
